Cierra los ojos y pide un deseo..
Llévalo contigo siempre.
Los dientes de león nos recuerdan a nuestra infancia y a los sueños. ¿Quién no ha soplado un diente de león? y ¿quién no ha pedido un deseo antes de soplar?
Hay ciertas verdades que saben los niños y que se nos olvidan cuando crecemos. La magia del diente de león es uno de estos secretos de la naturaleza.
Sus semillas son un tesoro a ojos infantiles y también para aquellos que aún conservan su espíritu.
Su mágica forma es una explosión radial que fascina y cautiva. Un regalo de la naturaleza que se vuelve efímero y frágil en nuestras manos, simbolizando cada semilla un deseo, una ilusión, un sueño por realizar que soplamos con fuerza para que se cumpla.
El diente de león se asocia también con dejar volar la imaginación, sin ataduras, sin prejuicios. Ese lugar dónde todo es posible y sólo nosotros ponemos límite.