En el lenguaje de las flores, la margarita nos conecta con la inocencia y la sencillez, a la vez que con el espíritu salvaje y la libertad.
Las flores son símbolos casi universales de la belleza, la primavera, la juventud, la dulzura, y también, con frecuencia, de la inocencia, la paz, el amor y la dicha del paraíso. Es un símbolo conciso de la naturaleza y condensa en un breve lapso de tiempo los ciclos de la vida.